Para empezar, vamos a dejar que la gente te conozca un poquito más: ¿cómo te presentarías en una frase?
Un niño de 69 años que llegó al golf por necesidad pero que descubrió su pasión en este deporte y así lleva más de 50 años dando vueltas por el mundo.
¿Cómo vives el ambiente que se crea entre los participantes durante el torneo?
El Schuster and Friends es una familia. No vas a jugar un torneo o pasar un fin de semana en una ciudad genial como Salamanca, vas a pasar unos días rodeado de personas increíbles que con Bernie y Elena a la cabeza hacen que sea un finde mágico lleno de sonrisas, abrazos y buen rollo. Son parte de la familia que tu eliges, la que no tienes lazos de consanguinidad pero que son parte fundamental en mi vida. Es la esencia de lo que debería ser la vida y el golf lo utilizamos como la excusa para reunirnos además de que podemos ayudar a diferentes organizaciones en sus causas.
¿Qué papel crees que juega el golf como punto de encuentro entre personas de diferentes ámbitos?
El golf es mucho más que un deporte, es una disciplina deportiva que hace durante 18 hoyos juegues y conozcas a personas de toda índole en un ambiente relajado y un entorno natural perfecto. No conozco otro deporte que te de la posibilidad de competir de tu a tu con cualquier otro jugador independientemente de su nivel y en el que se unifiquen todos los ámbitos profesionales: todos queremos hacer el mejor resultado posible. Gracias al golf he podido conocer a personas espectaculares. La vida te pone delante tuya a las personas que llegan para quedarse y muchas de ellas las he conocido en un campo de golf. ¡Este deporte es mi vida!
Si tuvieras que describir Schuster and Friends con tres palabras, ¿cuáles elegirías?
Familia. Solidaridad. Buen Rollo.
¿Crees que el deporte puede ser una forma de construir comunidad y generar cambios reales? ¿Por qué?
Es mi propio ejemplo. Provengo de una familia muy humilde de San Enrique de Guadiaro (Cádiz) de 11 hermanos. Mi padre trabajaba en el Real Club de Golf Sotogrande y yo con 11 años empecé a hacer de Caddy allí para llevar dinero a casa y ayudar a mis padres. No podíamos jugar al golf y diseñe un campo de golf en la playa de enfrente al club y ahí entrenaba. Con 17 años me hice profesional y 52 años después aquí seguimos disfrutando de este deporte. A mi el golf me ha cambiado la vida, me permitió poder disfrutar de mi pasión y dar un futuro a mi familia que, seguramente, sin el golf no hubiera sido posible.
Siempre he sido un abanderado del golf como elemento para generar una cultura del deporte que aporte valores y que aparte a los más jóvenes de situaciones no positivas. El golf te enseña a poder superar momentos complicados en cada vuelta y es un reflejo de lo que te vas a encontrar en la vida. Superación y sacrificio como base de trabajo para afrontar tu día a día. Os pongo un ejemplo, en el año 1990 se abrió los nueve primeros hoyos del club de golf La Cañada. Era una época complicada en la zona con un alto índice de drogadicción y pusimos en marcha una escuela que hoy en día es un referente nacional. Desde entonces hasta ahora, esa escuela con más de 300 alumnos, ha formado a multitud de jugadores que desempeñan su carrera profesional en torno al golf y, algunos, muy conocidos como profesionales de renombre. Ese es el ejemplo. Aportar a la sociedad para que mejoremos en conjunto. Ahora creo que lo llaman ser empáticos, yo lo denomino devolver y creer en los demás como lo hicieron conmigo.
Para terminar, ¿hay algo que te ilusione especialmente en tu presente profesional y que quieras compartir?

Pues no te voy a mentir, estoy en la etapa final de mi carrera deportiva porque ya con 69 años estoy mayor ¡aunque me siento como uno de 25! (Risas). Ahora mismo sólo quiero seguir jugando lo que me apetezca porque me apasiona competir pero quizás ya no con tantos viajes como antes. Hubo una época que estaba más de 25 semanas fuera de casa y eso pasa factura.
¿Mi suerte? Tener una familia con mi mujer a la cabeza que siempre ha tirado del carro de manera espectacular, sin ella no hubiéramos conseguido como equipo lo que hemos conseguido. Ahora quiero disfrutar de pasar tiempo con mi familia, con mis hijos y enseñar a mi nieta María que es un auténtico terremoto y ¡ojo que le gusta el golf! Es tiempo de seguir haciendo birdies pero de manera más relajada.
Mil gracias, Juan, por tu energía y ganas de sumarte a esta aventura. ¡Qué ilusión compartir contigo este torneo!
¡Muy atentos a nuestras próximas entrevistas! Pronto seguiremos contando nuevas historias que merecen ser contadas.